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A nadie se le escapa que 2020 supuso un punto de inflexión, tanto para la sociedad como para la economía, que nos ha dejado algunos cambios inesperados y ha acelerado otros que han llegado para quedarse. La manera en que trabajamos y nos relacionamos ha cambiado, pero también lo ha hecho la manera y la mirada con la que compramos y consumimos: ahora nos importan más otras cosas y saber conectar con ella puede ser clave para el éxito de las empresas.
Uno de los cambios que el proceso de la pandemia y su crisis asociada han acelerado es una mayor sensibilización hacia el medioambiente. Los consumidores son cada vez más conscientes de su huella medioambiental y quieren ser parte de la solución, no del problema. Por eso, cada vez de manera más determinante, el consumidor premia con su confianza y fidelidad a las empresas que le ayudan a ser parte de esa solución mediante productos más sostenibles.
Un estudio encargado recientemente por la organización sin fines de lucro Two Sides tuvo como objetivo comprender las percepciones cambiantes de los consumidores hacia el papel y los envases basados en papel. Si bien el estudio se centró en el Reino Unido, en un mundo globalizado como el nuestro los datos pueden ser extrapolados de una manera muy similar para todos los países europeos, como el nuestro.
Los envases de un solo uso no reciclables, sobre todo el plástico, han estado en el ojo de la controversia desde hace varias décadas. Algunos estudios indican que la cantidad actual de plástico que llega a los océanos es de 11 millones de toneladas al año. Las imágenes del sufrimiento animal que estos residuos generan, unidas a las cada vez más notables consecuencias del cambio climático, aumentan progresivamente la sensibilidad de los consumidores en esta materia e impulsan la implantación de políticas de sostenibilidad en cada vez más empresas.
En el citado estudio, se pidió a los consumidores que eligieran su material de embalaje preferido en función de una variedad de atributos ambientales, visuales y físicos. Estos materiales de embalaje fueron papel / cartón, plástico, vidrio y metal. El estudio reveló que el papel / cartón era la opción de embalaje preferida para 10 de los 15 atributos. El 55% de los consumidores prefieren los envases de papel por ser mejores para el medio ambiente, el 51% por ser más fáciles de reciclar y el 77% por ser compostables en el hogar.
Según datos de Eurostat de 2019, los consumidores tienen razón al pensar así, pues en Europa, el 84% de los envases de papel se recicla, lo que lo convierte en el material de embalaje más reciclado del mundo. El vidrio tiene una tasa de reciclaje del 74%, el metal del 80% y el plástico del 42%.
La encuesta descubrió que los consumidores están dispuestos a actuar si no creen que un comercio esté haciendo lo suficiente para ser más sostenible. El 42% de los consumidores (recordamos que son datos del Reino Unido pero que en una época globalizada como la nuestra, no estarán muy lejanos a los datos que podemos obtener en España u otro país europeo) consideraría evitar un comerciante que no estuviera tratando de reducir el uso de envases no reciclables, sobre todo si el consumidor es millennial (51%). El 52% de los consumidores compraría más a los comerciantes que están retirando el plástico de sus envases.
Al realizar pedidos online, el 67% de los consumidores, según el estudio referido, prefieren que esos productos se entreguen en envases de tamaño adecuado que demuestre que se intentan reducir los residuos innecesarios. Otro 54% de los consumidores prefieren que los productos se entreguen en envases de papel, probablemente debido a sus cualidades altamente reciclables. También los consumidores de 65 años o más tiene una mayor preferencia por los productos que se envían en envases de papel(64 %).
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