La mayoría de las personas utiliza las palabras “fragancia” y “aroma” de manera análoga, pero por sutiles que sean, hay diferencias entre una y otra. Ambos términos son ampliamente utilizados en el mundo de la perfumería y del marketing olfativo. Tan sólo como curiosidad, en este artículo vamos a establecer las diferencias fundamentales entre uno y otro, si bien a la hora de solicitarnos el ambientador que mejor se adapte a su negocio, los utilizaremos indistintamente.

Estudios científicos demuestran que el ser humano recuerda más del 35% de lo que huele, un 5% de lo que ve y un 2% de lo que oye. Este dato es una buena pista acerca de lo importante que es que nuestros negocios tengan un buen aroma para que la experiencia que tengan nuestros clientes favorezca su fidelización, o para que nuestros empleados encuentren su espacio de trabajo más agradable. Los olores tienen el poder de transportarnos en el tiempo, evocan recuerdos, disparan nuestra imaginación, nos emocionan. Podemos decir que el olor tiene matices que hace que podamos clasificarlo en aromas, fragancias, esencias… 

Fundamentalmente, los aromas se utilizan en alimentación y las fragancias en perfumería. En algunas fragancias pueden haber aromas por ejemplo la nota café, chocolate, vainilla etc…

La comida: la mejor forma de diferenciar aroma y fragancia

Pensar en comida nos ayuda a entender mejor estas diferencias. A nadie le apetecería un pedazo de tarta que huele a madera de roble pero sí un trozo de tarta con aroma a chocolate. El aroma es el olor original de los elementos de la naturaleza y puede ser potenciado. Así por ejemplo, no son pocos los negocios de panadería y pastelería que utilizan aromas con notas semidulces a masa recién hecha que evocan al pan salido del horno, de manera que con tan solo pasar por la puerta, se abre nuestro apetito y entramos a comprar algo.

Un aroma es percibido por el sentido del olfato pero también por el gusto, que es una extensión de este. Un aroma se saborea.

Perfumería: el uso de fragancias

Cuando pensamos en productos como cosméticos, siempre esperamos que estos tengan un olor agradable, o lo que es lo mismo, una fragancia. La fragancia se percibe solo al olerla, es decir, al contrario que un aroma, no podemos saborearla. Así pues, la diferencia entre aroma y fragancia va a depender principalmente del contexto.

Actualmente gracias a los avances científicos y tecnológicos, el uso de fragancias para el hogar y los espacios de trabajo se han convertido en un imprescindible, ya que a todo el mundo le agrada sentir un olor agradable. De ahí la importancia de contar con el ambientador más adecuado para cada espacio.

Ambientadores y odotipo corporativo

El odotipo es la identidad olfativa de una marca y el marketing olfativo se encarga de profundizar en esta disciplina. Una fragancia corporativa es el equivalente para el olfato a la función de un logotipo a nivel visual. Por eso el odotipo se define a veces como un logotipo olfativo. El odotipo refleja y potencia la imagen de las empresa: cadenas de hoteles, establecimientos de moda, espacios de venta al público…cada vez son más las empresas que se preocupan por integrar el olfato dentro de la percepción que tienen los clientes de sus marcas.

No todas las empresas pueden permitirse tener su propio odotipo, pero sí que pueden contar con la fragancia más adecuada para su tipo de negocio, y de eso también nos encargamos en Disserra. Entre las ventajas de contar con una fragancia memorable en las empresas se cuentan la relación con el aumento de ventas, la mejora de la imagen de marca y del ambiente del negocio, pero también el incremento de la fidelización de los clientes, como ya hemos indicado anteriormente.

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Y por último y como siempre, recuerde que estamos a su disposición para cualquier duda que pueda surgirle al respecto en el 974 471 480 o en disserra@disserra.com.