Para un tinto joven podemos utilizar una copa de vino estándar o bien la que se conoce como copa Burdeos. Para este tipo de vino lo adecuado será llenar la copa hasta la mitad, o muy ligeramente por encima de la mitad aproximadamente.

En el caso de los crianzas, reservas y grandes reservas, llenaremos la copa ⅓ para que el vino se airee con facilidad y que al verterlo en la copa adecuada podamos agitarlo suavemente sin miedo a derramarlo.

Si se trata de vino blanco, la copa adecuada deberá ser algo más cerrada, pues éstos tienen aromas más delicados y florales que se disipan con mayor rapidez. Para este tipo de vinos podemos utilizar una copa tipo Chardonnay, que podemos llenar en ¾ partes.

Para un vino rosado utilizaremos copas aflautadas o de formas y tamaños similares a estas como el modelo Pinot Noir, igualmente adecuada para los tintos jóvenes o provenientes de esta cepa. En este caso llenaremos la copa hasta la mitad.

Los vinos denominados generosos (como el Jerez, más difundido y conocido a nivel gastronómico) pueden servirse en copas estándar como el modelo Merlot, aunque hay fuentes señalan que, las copas que reciben el mismo nombre de Jerez o Porto, también serían adecuadas para este tipo de vinos. De nuevo para este tipo de vinos lo aconsejado es llenar la copa hasta la mitad.

Por último para los espumosos, agujas, cavas y champagne utilizaremos copas vintage, tulipas o flautas como el modelo Parellada o Macabeo, con tallo alto que llenaremos hasta un centímetro del borde de la misma, una vez la espuma se haya disipado para no derramar la copa.

Recuerda que para tus eventos, fiestas en exteriores o actos que por características así lo requieran, debes ofrecer la máxima seguridad. Si además no quieres dejar de lado el estilo y la elegancia para cuidar tu imagen te aconsejamos utilizar la copa de policarbonato o Tritan®.